Consecuencia del lugar, para dar respuesta al programa planteado se pretende intervenir de forma mínima. Igualmente consecuente con el lugar surge la idea de dotar y cualificar espacios mediante planos verticales y un pavimento. Desde la calle Real de la Alhambra el proyecto se percibe como una abertura hacia el paisaje desde la que se controla y entiende todo el conjunto de la intervención.

El proyecto se ha desarollado hasta convertirse en una sucesión de planos que hacen de nexo entre la muralla y las ruinas y la calle Real. La intervención consta de aseos, una zona de relación en torno al agua, cafetería y dos espacios de descanso, uno vinculado a la cafetería y enfrentado a la muralla y otro situado entre las fachadas existentes y un muro de nueva construcción.